lunes, 22 de septiembre de 2008

GLOSAS Y POSGLOSAS Por: GERMAN BARBERI PERDOMO


"FÁBULA DE LA VERDAD Y LA JUSTICIA"

"Vinieron la verdad y la justicia a la tierra, a buscar con quien estar: La una no halló comodidad por desnuda, ni la otra por rigurosa. Anduvieron mucho tiempo así, hasta que la verdad, de puro necesitada, asentó con un mudo. La justicia desacomodada, estuvo por la tierra rogando a todos; y, viendo, que no hacían caso de ella y que le usurpaban su nombre para honrar tiranías, determinó volverse, huyendo al cielo. Salióse de las grandes ciudades y cortes y fuese a las aldeas de villanos, donde por algunos días, escondida en su pobreza, fue hospedada por la simplicidad, hasta que envió con ella requisitorias la malicia. Huyó entonces de todo punto, y fue de casa en casa, pidiendo que la recogiesen. Preguntaban todos quién era y ella, que no sabe mentir, decía que la justicia. Respondíanle todos: "Justicia, y no por mi casa, vaya por otra", y así, no entraba en ninguna; subióse al cielo y apenas dejó acá pisadas…"
Dejo esta fábula para que los lectores la analicen e interpreten en relación a la realidad palpable que estamos viviendo en Colombia, puntualmente con las investigaciones de la parapolítica, adelantada por Magistrados de la Corte Suprema, quienes precisamente están obligados a dar ejemplo frente a sus deberes de imparcialidad, equidad, equilibrio, independencia y administración de justicia digna.
Coletilla: Si bien desde el punto de vista legal los Tolimenses hemos recibido buenas noticias como la preclusión de la investigación al parlamentario JAVIER RAMIRO DEVIA y la merecida libertad de LUIS HUMBERTO GÓMEZ GALLO, aún quedan privados de ella injustamente ALBERTO SANTOFIMIO, POMPILIO AVENDAÑO, GONZALO GARCÍA Y CARLOS GARCÍA ORJUELA. Hacemos votos porque la divina providencia ilumine a los togados y podamos tenerlos entre nosotros de nuevo. Sin embargo, vuelve por nuestros fueros la Corte Suprema, ahora con la apertura a indagación preliminar contra el senador Mauricio Jaramillo, con quien igualmente me solidarizo pues como abogado sigo sin entender jurídicamente la valoración que se hace a testimonios de asesinos confesos, plagados de mentiras e intereses. La divina providencia lo proteja del cristo de espaldas de los jueces.

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