lunes, 22 de septiembre de 2008

ASI TRANSCURRIO MI VIDA CON JUAN

Creí que era una pesadilla, pero hoy, cuando apenas estoy reaccionando se que es una tragedia, mi tragedia.
Que paradógica coincidencia, conocí a Juan el 3 de agosto de 1996 y la muerte me lo arrebató el 3 de agosto de 2008. Así como tacharé siempre el 3 de agosto de 2008 como el día más desastroso de mi vida, siempre calificaré el 14 de febrero de 2003, día de nuestro matrimonio, como el más feliz que he vivido.
En 1997, siendo Juan candidato a la Gobernación, recorrí el Tolima con él, desde entonces me impregnó el gusto por hacer política, supe en esos viajes cuanto la gente apreció a su papá, afecto que heredó Juan de su padre.
Se ha ido mi gran y único amor, y esta vez fue para siempre, con él se fueron todos nuestros planes e ilusiones, como el de tener un hijo que se llamaría David (David por el significado que tiene en la Biblia, Juan la estaba estudiando con lujo de detalles), construir nuestra casa, fundar un centro médico, viajar a Israel, en fin, todos esos proyectos seguro los haremos realidad en la eternidad, allá armaremos de nuevo nuestro "nidito de amor", así le llamaba a nuestro apartamento, en donde yo era su Margara, su Pipirra, su Esposita, y él era mi Juan, mi Pipirro, mi Esposito y mi Tolecito.
Para Los Tole Sánchez Juan se convirtió en el eje fundamental, luego de morir su papá. Su prioridad era "La Nelly" o "Mi Mamita", como le decía a su mamá. Su preocupación, que sus hermanos, "Mauro" y "Nananito", tuvieran estabilidad laboral. Donde los Mera Quintero, Juan era un hijo más, era la alegría, con mi sobrinita, María José, se disputaban quién amenizaba las múltiples reuniones familiares. En nuestro hogar Tole Mera, éramos el uno para el otro, unidos, el complemento perfecto. Los Tole, los Sánchez, los Lis, los Mera y los Levy, siempre coincidieron en lo mismo, Juanca era un excelente miembro de familia.
Qué decir de mi esposo? Un esposo consentidor, expresivo, amoroso, protector, detallista, comunicativo, y ante todo, mi apoyo incondicional. Y al hablar del papá que había en él, puedo decir que Cata, a pesar de sus 21 años, era su "Chirringa", su "bebé", y para Cata, Juan era su "Papito". A él se le iluminaban sus ojos cada vez que sabía que compartiría unos días con su hija. El tío Juanca era un tío excepcional, para nosotros dos el "super plan" era invitar a sus sobrinos: Camilita y Juanchito y a mi sobrina, María José, un fin de semana a nuestro apartamento, los atendíamos como príncipes y todos nos divertíamos a la par.
Mi admiración por mi Juan, a quien extraño tanto, por su inteligencia, su nobleza, su sensibilidad, su liderazgo, su generosidad, su espíritu de servicio y su don de la oratoria y porque nunca conoció el significado de los términos rencor y odio.
Juan vivía intensamente cada instante, su pasión, indiscutiblemente, la política, pasión que disfrutó tanto como ver un partido de fútbol, hacer deporte, cocinar en pareja (le enseñe mi gusto por las pastas y él a mi su gusto por las carnes), como arreglar, en mi compañía, al apartamento para Navidad y salir conmigo a hacer las compras de Navidad para nuestras familias.
Un único motivo de distanciamiento tuvimos, yo no entendía nada, hasta que supe que era como un cáncer, una diabetes, que sólo Dios tenía la potestad de erradicarle, pero sin embargo, yo continuaba ahi "firme como una roca", a su lado en su lucha. Era nuestro único "infierno", de resto en este matrimonio era todo armonía.
Juan fue siempre bien espiritual, pero en los últimos meses él mismo se encargo de que Dios entrara más mucho más adentro de las fibras de su ser. Juan me hablaba de la felicidad que experimentaba de tener a Dios en su interior, del cambio positivo que vivía a cada instante, movido por ese Ser Superior. El no me lo tenía que expresar, yo lo vivía. Tal fue su cambio, que este año, no quería un cumpleaños ruidoso, como siempre, él quería algo tranquilo en compañia de nuestras familias y uno que otro de sus amigos. Eso era lo que quería Juan, pero Dios quiso que este 12 de agosto, y el resto, los celebre allá al lado de El, de su papá, quien tanto le hacía falta, con sus grandes amigos, José Luis Martínez y Juan Carlos Perilla, con mi hermano, "Tito", a quien no conoció, pero a quien admiraba por lo que le contabamos de él, con su abuelo Julio, su abuelita Rosita, su tío Fernando, de quienes me comentaba que tenía los mejores recuerdos de la infancia y adolescencia, con su primito Tomás, y con nuestros 2 bebés, quienes se fueron para el cielo antes de nacer.
Su primera petición cada mañana a las 5, era por su jefe, amigo y "hermano", Luis Humberto Gómez Gallo, su amistad se hizo muy fuerte en los momentos de adversidad que cada uno vivía, el apoyo que mi esposo recibió de su amigo fue invaluable, a Luis Humberto, un millón de gracias. Otra paradógica coincidencia: Gómez Gallo obtuvo su libertad el 12 de agosto... seguro Juan celebró allá henchido de gozo la noticia, Juan con ansiedad esperaba este día.
Gracias a sus amigos de siempre... Tóto, Luis H. Rodríguez, Memito... gracias al padre Aguirre, gracias a sus colegas, gracias a sus nuevos amigos de AA, Luis José, Edgar... de la Cruzada, Carlos e Iván, al doctor Botero, al doctor Barreto, a todos quienes estuvieron a su lado en los últimos meses, convencidos de lo mismo que yo estaba convencida, que Juan era un ser humano valioso. En nombre de Nelly, Mauricio, Diego, Catalina, y en el mio propio, mil gracias a todos, por sus expresiones de solidaridad y aprecio con motivo de la partida de nuestro ser querido.
Mi Juan: lo cumplimos al pie de la letra: Unidos en la salud y en la enfermedad, en la adversidad y en la prosperidad. Te encantaba verme sonreir y vestida de blanco, hoy estoy vestida de negro, y se me dificulta sonreir porque mi corazón está "arrugadito", como me decías que se ponía el tuyo en algunas ocasiones.
"Te amaré toda la vida", nuestra canción insigne, me la cantabas todo el tiempo a capela y en las serenatas, yo hoy te sigo diciendo: "Te amaré toda la vida".
Mi dulce sobrina María José continuará esperando sus noches mágicas en las que busca la estrella más luminosa del firmamento, detrás de la cual dice que estas tu, para poder hablar con su querido tio Juanca.
Quisiera que tan sólo fuera una pesadilla... en medio de tanto dolor, tengo la felicidad de saber que con Juan conocí el amor, que me sentí plenamente amada por él y que lo ame sin medida.
María Margarita Mera Quintero... de Tole (como quisiste que apareciera en mi cédula, así está en mi corazón).

1 comentario:

Jaime dijo...

María Margarita:

Aunque fueron muy limitadas las veces que tuve la oportunidad de compartir con Juan Carlos y ustedes como pareja por encontrarme alejado del país desde hace tantos años, supe por mis hermanas y hermano el profundo amor y cariño que siempre rodeó tu hogar. Hoy y a pesar del dolor por la ausencia de Juan le has rendido un homenaje más, quizás el más sentido porque lo has hecho público y seguramente con temblor y llanto al escribirlo, hoy has abierto nuevamente la puerta a tu renacer como seguramente Juan lo estará esperando desde donde te este acompañando. Hoy su corazón y pensamiento se sentirán felices de saber que su Margara, su Piporra, su esposita, seguirá adelante su vida, llenará su corazón de ilusiones nuevamente y su belleza espiritual e intelecto la llevarán a copar y sobrepasar con creces todas las metas que se proponga en la vida. Como se sentirá de feliz él de saber esto. Comos nos llenará de satisfacción a todos los que te queremos. La vida se enaltece cuando se logran superar las grandes dificultades por duras y difíciles que se nos presenten.

Un cariño y abrazo grande,

Jaime Ramírez